Valió la pena estar desde las 10 de la mañana para verlos, abrazarlos, besarlos, tocarlos, sacarme fotos, ver la prueba de sonido, que me regalen púas, llorar de la emoción y de la felicidad, estar ahí toda apretada, haciéndome mierda contra las vayas rasparme, perder y romper todo lo que tenia puesto. Estoy completamente feliz y orgullosa de llevar esta banda en las venas, de llevar a Las Pastillas del Abuelo en mi corazón. Que mas puedo pedirle a Dios? ES UN CUENTO QUE MERECE SER CONTADO ♥
PITI DE ADMIRO CON TODA MI ALMA.

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