Querido diario:
He tratado de escribirte todo este tiempo. Pero ya sabes. Al escribir dos líneas se me da por arrancar la hoja y no escribirte jamás. Ese es el problema en el cual quiero comentar. ¿Por qué soy tan bipolar? Sí, estoy felíz, luego triste. Quiero blanco, después negro. ¿Para qué necesito la bipolaridad? Yo no la quiero. De repente hoy te estoy amando, y me gusta escribirte. Hasta pienso hacerlo rutinario. Luego pienso y quiero tirarte por la ventana. ¿Algo al respecto? No entiendo por qué existe. ¿Por qué las lágrimas luego de la sonrisa? ¿No se puede una sola cosa? ¿Un intermedio? Creo que no.
Cuando tengas una respuesta, tal vez te escriba, si es que no te lanzé a la pared.
Ya sabes, bipolaridad.
Agus (~)
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